Jorge es un niño de 11 años. Su madre afirma que es sonámbulo porque por las noches hace ruidos y por la mañana la cama está totalmente deshecha.
Una noche su padre entró en la habitación al oír los ruidos y lo encontró sentado en la cama, “como ido” mirando a su alrededor: “no era él”-dijo-.
Su hermano, que duerme en la misma habitación, dice que ronca mucho y que también habla en sueños. Tira la ropa de la cama y la cabecera y muchas noches duerme destapado en pleno invierno. Más de una noche ha mojado la cama de pipí (enuresis). Por el día está muy irritable y trata mal a sus padres y hermano.
Los padres lo han llevado a la consulta del pediatra porque la gota que ha colmado el vaso han sido las 6 asignaturas que ha suspendido en la evaluación última.
Ha sido remitido a Neuropediatría para valorar un posible TDAH.
Se le efectuó un EEG convencional que fue normal y se dio de alta con tratamiento de melatonina y metilfenidato. Pero los problemas han seguido igual o peor.
El padre colocó en la habitación del niño una pequeña cámara de fotografía digital de las que se utilizan en el deporte y multiaventura que tiene un modo automatico de fotografia llamado "time lapse" en el que el dispositivo realiza una foto cada segundo, colocando una pequeña luz encendida toda la noche y ajustando la sensibilidad.
Al día siguiente revisó en el ordenador las 25.200 fotografías en que se habían convertido las 7 horas de la noche, visualizándolos en forma de película. A 25 fotogramas por segundo resultó una película de 17 minutos. Así pudo observar que hacia la mitad de la noche se incorporaba con los ojos abiertos pataleando y agitándose mucho durante unos segundos.
Llevo la grabación a los especialistas que a la vista de las imágenes les pareció una Epilepsia Frontal Nocturna que posteriormente confirmaron con un estudio de Vídeo-Polisomnografía Nocturna en donde se pudo constatar la naturaleza epiléptica de las crisis.
El tratamiento antiepiléptico ha resuelto el problema y en el momento actual no presenta sintomatología. Ha recuperado el nivel de rendimiento académico.
La conclusión de este caso es que la epilepsia nocturna muchas veces no produce alteraciones en el Electroencefalograma diurno. Ni tampoco crisis epilépticas diurnas, resultando muy difícil de diagnosticar.
Nadie tiene presente el extraordinario valor del vídeo doméstico en el diagnóstico de este proceso.
Equipo del INVANEP