El sueño es un estado fisiológico, dinámico, cíclico, de intensa actividad cerebral que involucra funciones corticales superiores, originado por un proceso inhibidor activo, en el que el nivel de vigilancia está disminuido y el individuo reposa o descansa. La fisiología del sueño es tan compleja como la vigilia en su regulación neurológica, endocrina, metabólica o cardiorrespiratorio.
El proceso del ciclo vigilia-sueño está regulado por una red neuronal compleja en la que intervienen diversas zonas del sistema nervioso central a través de activación y de inhibiciones, cuyo resultado es la vigilia o el sueño.
El sueño obedece a un ritmo biológico circadiano, es decir, cada 24 horas, relacionado con el ritmo día-noche, al que se ajusta el proceso.
La familiaridad con la fisiología del sueño es fundamental para comprender los trastornos del sueño pediátrico.
Los dos procesos neurobiológicos principales que regulan el proceso sueño y vigilia son:
- El proceso circadiano: reloj interno que dicta los períodos de vigilia y sueño basados en un ciclo de luz-oscuridad
- El proceso homeostático: donde el requerimiento de sueño se acumula durante horas de vigilia, y es aliviado por el sueño
Las necesidades de sueño son muy variables según la edad y las circunstancias individuales.
La exposición a la luz señala el despertar y la oscuridad indica el sueño, por lo tanto, la exposición a la luz antes del inicio del sueño puede interferir el inicio correcto del ciclo.
Señales ambientales y sociales afectan el ritmo del ciclo circadiano, incluidas las comidas, la temperatura ambiente, el ruido, las rutinas a la hora de acostarse, la actividad física, el dolor y los medicamentos. El estado de sueño puede sufrir alteraciones por motivos físicos o psíquicos, que ocasionan trastornos potencialmente graves.
El sueño afecta todos los aspectos del desarrollo de un niño, particularmente las funciones cognitivas superiores. Es un proceso evolutivo que comienza en la etapa prenatal, por lo que dormir toda la noche es un logro en el desarrollo psicomotor gobernado principalmente por factores madurativos, constitucionales y genéticos. Un buen dormir depende de combinaciones de leyes biológicas, constitucionales, culturales y familiares.
El sueño es fundamental para el desarrollo saludable de los niños. Se ha registrado una serie de alteraciones neuropsicológicas (cognitivas, atención y memoria) y de comportamiento (agresión, hiperactividad), en relación con la falta de sueño.
Las alteraciones del sueño en los niños no siempre producen letargo, fatiga o cansancio, sino que provoca sintomatología paradójica como labilidad emocional, irritabilidad, baja tolerancia a la frustración, trastorno de conducta y agresividad.
Los trastornos del sueño en los niños con compromiso del neurodesarrollo son muy frecuentes, con una alta prevalencia y en muchas ocasiones pasan inadvertidos.
Las afectaciones del sueño pueden repercutir en el funcionamiento diurno en una variedad de trastornos del neurodesarrollo como : deficit de atención /hiperactividad(TDAH) y trastorno del espectro autista (TEA).
La presencia de un sueño no reparador o el establecimiento de insomnio en niños con compromiso neuroconductual usualmente empeora la sintomatología o enmascara otros trastornos subyacentes. Los tratamientos farmacológicos utilizados para el tratamiento de la condición en sí o comórbidos asociados en estos pacientes en ocasiones podría exacerbar o generar trastorno del sueño. Esto plasma la complejidad de la asociación de los trastornos del sueño con trastornos del neurodesarrollo.
Las principales alteraciones del sueño observadas son:
• Dificultad para conciliar o mantener el sueño
• Despertares nocturnos
• Dificultad para despertarse
• Somnolencia diurna
Muchos de estos trastornos pasan desapercibidos.
La identificación y el oportuno tratamiento de los trastornos del sueño en niños con anormalidades del neurodesarrollo puede mejorar la conducta diurna de estos pacientes , aprovechando mejor las terapias, alcanzando mejor rendimiento académico e institucional y mejorando la calidad de vida del paciente, cuidadores, maestros y familiares.
El establecimiento y mantenimiento de patrones estables de sueño es fundamental para el desarrollo infantil.
Ante la sospecha o confirmación de trastorno del sueño se sugiere acudir al pediatra, neuropediatra y equipo multidisciplinario para estudiar la causa e instaurar el tratamiento oportuno.
Equipo del INVANEP